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La mujer siempre ha tenido un papel muy importante en la sociedad desde la antigüedad cuando se encargaba de la cosecha y recolección, además del cuidado de la familia, al correr de los años con las muchas batallas que tuvo que emprender demostró que sus capacidades iban más allá de lo que culturalmente se les impuso. Sin dejar de lado su papel predominante en el hogar como formadoras de seres humanos y eternas cuidadoras de su núcleo, se abrieron paso en un entorno francamente patriarcal y hasta machista, que si bien no facilitó su desarrollo profesional y académico no impidió el inminente encuentro de la mujer con la necesidad de su participación activa en todos los aspectos sociales, tales como la economía, la política, la academia, la tecnología y la ciencia etc. consumándose como actora y ya no como mera observadora.

En tiempos antiguos las mujeres eran consideradas propiedad de un hombre, primero del padre y luego del esposo, paso en donde intervenía la decisión o la conveniencia de la familia y no la voluntad de ella, lo cual generaba que se dedicaran enteramente a las labores del hogar.

Pero décadas más tarde con las grandes guerras a la mujer se le permitió el trabajar en fábricas porque se necesitaba mano de obra ya que muchos hombres estaban combatiendo en la guerra y esto conllevó a un cambio para el género y con todo esto se dejó de considerar el sexo débil.

Todo esto nos lleva a que las mujeres son en la actualidad: esposas, madres, trabajadoras, administradoras, profesionistas, entre muchas cosas más., la mujer puede estudiar o trabajar en lo que le guste o le apasione ya que la mujer se ha ganado su lugar en diferentes ámbitos: cultural, social, laboral, político y hasta religioso, por nombrar algunos, a pesar de todos los obstáculos que la misma sociedad les impone ya que era dominada el.

La mujer ya no desempeña un solo rol porque en la actualidad son independientes y autónomas, mucho de esto también tiene que ver con la situación económica que tiene el país; ya hoy en día, la fuerza de trabajo que constituyen significa no sólo su participación en el mundo laboral, sino también en la creación de empleos, con lo cual podemos observar el doble papel que juega, primero en el hogar, pero no menos importante en su desarrollo y de las economías de los países.

Por otro lado, las mujeres ya no se conforman con casarse y tener una familia. Hoy en día reconocen la importancia de su desarrollo académico y laboral, buscando con esto, sentirse empoderadas y valiosas, tomando sus propias decisiones, siendo cabeza de familia pero también de grandes empresas. Al respecto, cifras de OIT estableces que la participación de las mujeres en el mercado laboral es de sólo 27 puntos porcentuales menor a la de los hombres; por su parte la OCDE informa que, a la media, a nivel mundial, de las mujeres que realizan trabajos no remunerados es de 4,5 horas diarias, más del doble que los hombres. Cuando el tiempo de trabajo no remunerado de la mujer se reduce alrededor de tres horas diarias, su participación en el mundo laboral aumenta un 20 por ciento. En el ámbito político, hasta el 2016 sólo un 22.8 por ciento de los parlamentarios eran mujeres, según ONU mujeres. Esto nos habla de la enorme brecha que aún existe para las mujeres, recordemos que aún hoy en día hay múltiples casos en los que este género gana menos del salario que reciben los hombres desempeñando el mismo puesto. ¿Qué nos dice esto de la sociedad?

Lo anterior es de peligro ya que estudios realizados establecen que hay una correlación entre la igualdad de género y el avance económico. Por lo anterior, desde la política es necesario experimentar los cambios imperantes de la participación de la mujer en la sociedad y adaptarnos a este mundo entrelazado y global. Es decir, el acceso de la mujer a todos los espacios sociales, económicos y académicos, pero en igualdad de condiciones con el hombre trabajador.

En conclusión, la mujer del siglo XXI es una mujer empoderada y libre que decide si quiere estudiar, si prefiere formar una familia, si quiere vivir sola o en pareja etc.

Es menester comentar que si bien hay que encontrar formas más eficientes, los planteamientos divisorios a veces relacionados con el empoderamiento de la mujer no tienen cabida. Debemos crear una sociedad global, unida, pacífica y justa, que exige que todos los segmentos de la sociedad en la cual aproximadamente el 50% de mujeres, puedan trabajar para este fin. JFG

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