En conferencia de prensa realizada el pasado tres de abril, los congresistas Mario Diaz-Balart y Carlos Giménez, representantes del estado de Florida y de origen cubano, dieron a conocer la inclusión en la Ley de Asignaciones Estatales, de Operaciones Extranjeras y Programas relacionados para el Año Fiscal 2024, aprobada por el gobierno estadounidense, de $ 25 millones destinados a la modernización de Radio y Televisión Martí y otros tantos para programas para apoyar y promover los movimientos cubanos en pro de los derechos humanos, la libertad de expresión y la participación cívica.
En la misma declaración se anuncian medidas “para evitar el mal uso” de fondos destinados a las micro, pequeñas y medianas empresas cubanas- herencia de la distensión promovida por el Presidente Obama- así como restricciones en materia de otorgamiento de visas a personas u organismos que trafiquen con médicos cubanos.
Los anuncios se hicieron dentro de un marco de crítica a la política de Biden exigiendo posiciones más firmes contra la dictadura.
Trascendió el otorgamiento de fondos para programas similares en favor de la democratizacion de Venezuela ($50 millones) y Nicaragua ($15 millones).
LA COMPLEJA DIASPORA CUBANA
Aproximadamente dos millones y medio de personas ( 40% de ellos nacidos en Norteamérica) constituyen la comunidad cubano-estadounidense.
A lo largo de la vetusta tiranía, se ha producido un constante flujo migratorio con notables picos estadísticos.
También ha habido la reproducción de las parcelas políticas presentes en la isla, incluyendo a los conglomerados disidentes del régimen al compás de varias rupturas. Si a ello sumamos las tomas de posiciones por motivos de política local, estadal o federal en la Patria de acogida, nos encontraremos frente a un universo muy complejo.
Toda diaspora es compleja de por sí. Pero , a leguas, la cubana pertenece a un grado superior.
En sus extremos se encuentran los terroristas y los espias.
El trágico epígrafe escogido para este artículo recoge los últimos segundos de angustia vividos por la 73 personas ( 48 pasajeros y 25 tripulantes) que perdieron la vida en lo que , para aquella fecha, era el peor ataque terrorista en el hemisferio occidental.
Luis Posada Carriles y Orlando Bosch murieron viejos y protegidos en USA. Sus 24 paisanos integrantes de la selección juvenil cubana de esgrima no llegaron a cumplir 21 años, ni pudieron constituir familia y es posible que más de uno, de haber podido vivir más, hubiese aprovechado la oportunidad de fuga desde una concentración deportiva que era , ha sido y sigue siendo una de las vías hacia la libertad para los residentes de la isla-prision.
En el extremo contrario los “5 héroes” delataron a personas concretas y produjeron la muerte o el encierro de ellas o sus familiares , y se presume que el derribo de las 2 avionetas de “Hermanos al Rescate” , con saldo de 4 jóvenes muertos, forme parte de su luctuoso saldo.
Entre esos dos extremos hay una inmensa mayoría que trabaja dos y tres turnos para mantener a sus familias y , como en cualquier sociedad estable, profesionales y/o empresarios que han alcanzado merecidos niveles de ingreso y reconocimiento.
También, por lo general después de mostrar éxito personal, parte de esa población se ha dedicado al servicio público y muchos cubanos o descendientes de cubanos han ejercido o ejercen funciones políticas.
De igual manera, como en todo grupo humano, existe un conglomerado que no soporta el ritmo de trabajo de la mayoría, ni posee el talento de la minoría productiva, ni la vocación de servicio de la élite política.
Se cree superior a la primera, quiere vivir como la segunda y envidia el poder de la tercera.
Viven del conflicto y la maledicencia y son capaces de percibir donde puede tener algún valor su descaro, su falta de principios , su facilidad para medrar en el complicado tejido de múltiples agrupaciones que proclaman anhelos libertarios pero son incapaces de acordar un camino
TE PARECES TANTO A VENEZUELA
La destructiva experiencia de Venezuela tiene cuarenta años menos que la cubana. Ello nos permite un referente comparativo.
Por razones de espacio, ahorremos el repaso de nuestros elementos coincidentes y diferenciales.
Solamente voy a recordar que un cuadro de dispersión política ha ayudado al sostenimiento de nuestras dictaduras.
Alguien me dirá que en todas las diasporas existen diversas manifestaciones políticas de origen programático, doctrinario, filosófico o caudillista. Y tiene razón.
No obstante, comparando lo ocurrido con el exilio venezolano y el cubano, surge un elemento que destaca por su notoriedad con respecto a otros casos.
La pista la ofrece la declaración de los congresistas Mario Díaz- Balart y Carlos Giménez.
Desde hace muchos años, en Estados Unidos , se han invertido cifras millonarias para “fomentar la democracia y la libertad” en Cuba, Nicaragua y Venezuela, por sólo hablar de dinero federal.
No tenemos idea de cuanto aporte justificado para ese fin ha emanado de fondos estadales, condales , locales o privados.
¿Cuántos organismos de los que lo reciben han sido debidamente evaluados en fase previa y cuales son los criterios para el control posterior? ¿ A quién le rinden cuenta? ¿Cuál es el resultado de su labor?
Y , dado que el objetivo de su financiamiento no ha sido logrado ¿sería mala fe pensar que no les interesa? ¿ qué viven mejor así? ¿qué si caen las dictaduras se les acaba el negocio?
Algunos de los que juegan a la abstención estéril y a la insurrección imaginaria no parecen hacerlo de gratis.