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Hemos visto las principales áreas de mejora en la optimización del tiempo. Hay más y podríamos entrar en más detalle. Pero ahora vayamos a los hábitos que podemos cultivar para conseguir mejores resultados, más reconocimiento, visibilidad y poder.

  1. Busca el equilibrio

Revisa si en tu estilo de vida hay tiempo para todo: familia y pareja, trabajo, amigos, tareas domésticas, alimentación y descanso, tiempo personal para relajarte, cultivarte y para la espiritualidad. Todo es importante y todo tiene su momento. Paradójicamente, el tiempo que dedicas al descanso o a la vida social interesante redundan en tu creatividad y eficacia.

  1. Cúidate física y mentalmente

No solo en cuanto a la estética se refiere. Es importante la salud mental y física. Evita caer en la trampa del estrés. El estrés puede tener graves consecuencias en la salud pero desde los primeros síntomas afecta nuestra imagen y nuestra capacidad para afrontar problemas, liderar, trabajar en equipo y, en definitiva, ofrecer una imagen de persona equilibrada y segura.

  1. Cultívate

Busca tiempo para mantener al día tus conocimientos y habilidades. Supera tus carencias y fórmate constantemente. Potencia tu creatividad. Infórmate de lo que pasa en el mundo. Invierte en lo que te hará progresar; hay mucho conocimiento disponible y un bombardeo constante de información. Y no hay tiempo para todo: enfócate en lo que te será útil.

  1. Trabaja en tu marca personal

No solo es importante trabajar bien sino también hacer que los demás lo sepan. Reserva una parte de tu horario a construir y consolidar tu marca personal. Hay que encontrar el equilibrio entre trabajar bien y hacerlo saber. Fomenta tu visibilidad como profesional porque esto te abrirá puertas.

  1. Prioriza

No tenemos tiempo para todo, así que tenemos que elegir. Quien mucho abarca, poco aprieta. Prioriza lo que más te acerca a tus objetivos.

  1. Concéntrate

No te creas la frase: Las mujeres podemos hacer más de una cosa a la vez. Podemos hablar y conducir a la vez, pero no podemos redactar un informe, preparar una presentación o revisar la contabilidad y estar pensando en la lista de la compra. Concéntrate una por una en las tareas que requieran un esfuerzo mental.

  1. No “pierdas” el tiempo

Hay muchas formas de perder el tiempo y una de las más habituales hoy es estar pendiente de las redes sociales.  Si no te aportan nada, olvídate de ellas.  Las redes tienen que ser útiles para tu objetivo pero no un ladrón de tiempo.

Limita los chats que entran en cualquier momento y que se extienden demasiado cuando muchas veces podrían resolverse con una llamada rápida.

También sucede lo mismo con los emails. Tener los avisos activados y bandeja entrante en escritorio por ejemplo son prácticas que expertos han detectado como de baja productividad. Es mejor agendar, adaptado a tu puesto de trabajo, cuando vamos a verificar emails, que tiempo vamos a dedicar y que prioridades vamos a dar a su gestión.

  1. Toma la palabra

En las reuniones, busca la visibilidad con tus aportaciones. Haz uso de tu tiempo para intervenir en las reuniones. Haz que respeten tu turno de palabra y desarrolla estrategias para que no te corten, te roben las ideas o te ignoren. Para ello necesitamos desarrollar una determinada actitud y conocer una serie de técnicas que nos permitan defender nuestras posiciones incluso en las situaciones más desfavorables.

  1. No seas tan perfeccionista

En general, las mujeres somos muy autoexigentes. Y tememos con frecuencia no estar a la altura; tendemos a pensar que otros saben más que nosotras lo que nos lleva a dedicar más tiempo a lo que hacemos.

Si eres excesivamente perfeccionista estás limitando tu progreso. Las cosas tienen que estar bien hechas pero no pueden someterse a mil revisiones porque entonces quedan bloqueadas. Y has invertido mucho tiempo en algo que no verá la luz. Como dice el refrán “lo mejor es enemigo de lo bueno”.

Así que ya sabes: Mejor hecho que perfecto. No caigas en la parálisis por análisis.

  1. Pon límites

Consiste básicamente en poner normas, en marcar unas pautas de comportamiento cronémico, para ti y para los demás. Esto exige ser asertiva, defender tus intereses y  saber decir “no”. Puedes decirte a “De 9 a 11, estaré trabajando en el proyecto X, “. Por lo tanto, corto el acceso a llamadas y mensajes y pido a mis colaboradores que no me interrumpan.

Las mujeres venimos de una tradición de trabajo doméstico, de organización del hogar y de cuidado de la familia. No recibíamos ninguna remuneración por ello, ni siquiera las gracias. Esto está cambiando mucho en una gran parte del mundo. Pero muchas veces nos comportamos, sin quererlo,  así todavía: con total entrega y sin pedir mucho a cambio, también en el área profesional. Una de las cosas que menos controlamos y más regalamos es nuestro tiempo y esto nos hace más débiles en el competitivo ámbito laboral y nos impide progresar.

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