Para hacer un autoanálisis rápido, contesta sinceramente estas 5 preguntas y toma nota de las áreas de mejora que tienes pendientes todavía. Porque, aunque en teoría esto ya nos lo sabemos y puede estar superado, las estadísticas nos dicen que seguimos viviendo con unos patrones que no nos ayudan a alcanzar la igualdad real.
- ¿Planificas y organizas tu jornada laboral?
Es muy útil que planifiques a largo plazo según tus objetivos: ¿qué quiero conseguir? ¿dónde quiero llegar? ¿cómo me veo dentro de 15 años? Todas estas preguntas son esenciales para planificar tu carrera, tu negocio o tu evolución personal.
Pero para llegar a conseguirlo es importante que planifiques a corto plazo sin perder de vista los grandes objetivos. Organizar la semana y los días según tipos de tareas, prioridades y siempre pensando en la rentabilidad a corto y a largo de lo que estás haciendo.
Tener esta planificación a mano, en un documento fácilmente consultable te ayuda a no desviarte de las previsiones y te mantendrá a ti misma a raya ante posibles distracciones, tentaciones o imprevistos.
- ¿Están bien distribuidas las tareas del hogar?
En el ámbito doméstico las mujeres todavía cargamos con más tareas aunque trabajamos las mismas horas -o más- fuera de casa. Si es así, negocia una nueva distribución más equitativa, pide ayuda, delega y no te compliques la vida con obligaciones que te pones tú misma y no son prioritarias. Por ejemplo: puede ser importante para tu hijo organizar una fiesta de cumpleaños en casa pero busca la opción que implica menos desgaste para ti.
- ¿Sabes poner precio a tu tiempo?
Especialmente si eres una profesional autónoma: ¿sabes poner precio a tus servicios? Muchas veces regalamos nuestro tiempo, damos consejos sin cobrar, ponemos precios por debajo de lo que merecen nuestros conocimientos y habilidades. Tu tiempo profesional es escaso y tiene un valor. Si lo tiene para ti, lo tendrá para los demás, ya sean clientes o colaboradores.
- ¿Sabes delegar?
Las mujeres estamos acostumbradas a realizar todo tipo de tareas, muchas de ellas de gestión, intendencia, servicio a los demás en general. Y cuando podemos delegarlas muchas veces no lo hacemos porque se nos han inculcado estos deberes. Haz una lista de tareas que no te aportan valor, te interrumpen o te distraen y podrías delegar.
Dedícate a lo realmente importante.
- ¿Permites que se apoderen de tu tiempo?
Uno de los hábitos de las personas de éxito es que blindan sus agendas y horarios. Siguen su planificación. Limitan la duración de visitas y reuniones y, muy importante, no permiten interrupciones en sus momentos de concentración y trabajo productivo.
Haz saber a tu familia, a tu equipo, incluso a tus superiores que eres estricta con tu tiempo laboral. Convénceles de las ventajas de respetar los tiempos y tu necesidad de concentración. Te beneficiará no solo en cuanto a productividad sino también en imagen profesional.